UNA MADRE QUEER PARA LA NACION : EL ESTADO Y GABRIELA MISTRAL
Si bien Mistral devino un cuerpo que exhibĂa las polĂticas sexo-genĂ©ricas y raciales del latinoamericanismo, despuĂ©s de su muerte en 1957 su fama y su obra se descuidaron hasta quedar opacadas y, por largo tiempo, olvidadas. EmergiĂł otro cuerpo, que podemos llamar discursivo, un cuerpo nacional que el epĂteto de “La maestra de AmĂ©rica” apuntala. Ese cuerpo es el verdadero autor del olvido de dĂ©cadas. El paĂs consagrĂł a Mistral, la convirtiĂł en Ăcono nacional, pero solo bajo condiciĂłn de ser heterosexual, cĂ©libe, santa y sufriente. OcupĂł un sitial en el canon literario latinoamericano Ăşnicamente por ser la Madre-Maestra de la naciĂłn. Su obra pasĂł a ser poco leĂda y lo que es tal vez peor, pasĂł a ser leĂda bajo el signo de la sorna y el desdĂ©n porque supuestamente solo le importaban las madres y los niños. AsĂ fue que se enmarcĂł toda la obra dentro de un cuadro sentimental. Como se verá en lo que sigue, el pĂşblico de Mistral era mucho más amplio. Por otra parte, el relato sentimental dista mucho de ser un gĂ©nero menor e incidental: el sentimentalismo fue eje esencial del proyecto nacionalista del Estado. Además, el sentimentalismo y la hagiografĂa en torno a Mistral persisten. Ni la fascinaciĂłn por la supuesta vida torcida ni el morbo que ha permeado el relato nacional murieron con el siglo.
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