EL PROCESO
El dĆa que es arrestado, K. abre la puerta de su habitaciĆ³n para informarse sobre su desayuno. Acusado de un crimen que desconoce por jueces que no ve nunca y conforme a leyes que nadie puede explicarle, K. abrirĆ” un nĆŗmero inimaginable de puertas intentando comprender la situaciĆ³n. A medida que el proceso ocupe mĆ”s y mĆ”s lugar en su vida, cada puerta constituirĆ” una traba cada vez mĆ”s alienante en el proceso judicial al que se ve sometido. Solo K. parece darse cuenta, en una lucidez irrisoria e inĆŗtil hasta el fin, de la total ausencia de hechos o eventos que clarifiquen la interminable incongruencia de su confinamiento.
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